Bien conocida es la película “Capitán Phillips” protagonizada por Tom Hanks. El film cuenta el ataque de unos piratas somalíes a una embarcación estadounidense en pleno siglo XXI. Lo que suele suceder a veces es que la ficción queda chica en comparación a la realidad. Eso podríamos afirmar que sucedió hace unas semanas atrás cuando un barco carguero de bandera panameña fue atacado en el golfo de Guinea.
El 25 de octubre pasado el portacontenedores Lucía fue abordado por unos asaltantes que viajaban en una embarcación rápida a unas 85 millas de la plataforma petrolífera nigeriana de Agbami, frente a la costa occidental de África. Antes que los piratas pudieran tomar el control total de la nave, se pudo enviar una señal de socorro. La esperanza de que alguien la recibiera no se perdía, pero las posibilidades eran pocas. Pero tuvieron suerte. La tripulación del destructor ruso “Vicealmirante Kulakov” recibió el mensaje e inmediatamente enviaron un helicóptero con un equipo de infantería para el rescate. La operación se llevó a cabo en medio de una tormenta tropical y los piratas terminaron huyendo ante la aproximación de los marinos rusos.
El barco panameño tuvo fortuna porque el golfo de Guinea es considerado zona peligrosa por la presencia de piratas. Por eso se aconseja a las embarcaciones que transitan por la zona que extremen precauciones. Y aunque el problema parezca de película es una situación que puede presentarse: los barcos que transportan mercadería son los botines más preciados por los piratas modernos.
Hanseatica contempla esas vicisitudes al momento de asegurar la carga y asesora sobre la importancia de tener en cuenta este tipo de cobertura cuando el viaje supone afrontar este tipo de riesgos.
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